viernes, 9 de noviembre de 2012

Breve historia de los mensajes subliminales

La primera mención registrada que se tiene sobre la percepción subliminal es la realizada por  Demócrito (400 a.C.), quien sostuvo que la mayor parte de lo perceptible no lo podemos percibir; en cambio, Platón habló de esta noción en su escrito Timeo; Aristóteles  explicó más minuciosamente los umbrales de la conciencia subliminal de su Perva Naturalia hace casi dos mil años, y parece ser el primero en sugerir que los estímulos no percibidos de modo consciente podrían afectar los sueños. 

Todo ello lo hizo aproximadamente hace 2250 años en su teoría del sueño, en la cual decía que si los impulsos que tienen lugar durante el día no son demasiado fuertes y poderosos pasan desprevenidos debido a impulsos altamente despiertos. Sin embargo, al dormir se lleva a cabo lo contrario, entonces los pequeños impulsos parecen grandes; Aristóteles anticipó lo que en el siglo XX se conocería como el efecto Poetzle. El filósofo Montaigne Poetzle se refirió a dicho fenómeno de la percepción subliminal en 1580. Éste consiste en que cualquier estímulo supraliminar no atendido se percibe como subliminal. 


Video de efecto Poetlze 

En 1698 Leibniz también propuso la noción de que existen incontables percepciones que se encuentran prácticamente desapercibidas, y no son distinguidas lo suficientemente como para percibirlas o recordarlas, pero que se vuelven obvias después a través de ciertas consecuencias.

En 1919 Poetzle estableció con firmeza una relación entre los estímulos subliminales, la sugestión poshipnótica y la neurosis compulsiva. Un individuo realizó los actos que se le habían indicado o programado para que los hiciera sin ningún conocimiento de porqué los estaba ejcutando. La relación entre los estímulos subliminales y las sugestiones poshipnóticas es demasiado importante. Los experimentos iniciales de percepción subliminal inducidos de manera mecánica se basaron en el taquistoscopio que consiste en un proyector de películas con un disparador de alta velocidad el cual envía mensajes cada cinco minutos 1/3000 de segundo.

En 1957, James Vicary llevó a cabo un experimento en Estados Unidos para averiguar el poder de manipulación del método publicitario; durante la proyección de una película aparecía un fotograma con el siguiente mensaje: “¿Hambriento? Coma palomitas” y “Toma Coca-Cola. El resultado fue asombroso, la venta de palomitas se incremento en un 57.7%, mientras que la bebida tan sólo 18.1%.

Fuente: Key, Wilson, Bryan, Seducción subliminal, Ed. Diana, México, 1988.                                                                                                                                                                                                                                                 

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